Progresismo en la mira: la coherencia en la lucha contra las violencias basadas en género

Por María Alejandra Benítez Hurtado *

Las Violencias Basadas en Género -VBG – es un problema que atraviesa todas las esferas de la sociedad, incluyendo los movimientos políticos progresistas, los cuales históricamente han defendido la igualdad y los derechos de las mujeres y géneros diversos, poniendo en tela de juicio su compromiso con los valores que promueven.

Como corolario, los recientes casos de Íñigo Errejón en España y Diego Cancino en Colombia demuestran que ningún sector está exento de estas problemáticas y profundiza en el sempiterno debate de la coherencia entre la vida personal del militante y la causa colectiva que defiende en el plano político.

Íñigo Errejón, exdiputado y portavoz del grupo parlamentario de Sumar, renunció a su escaño en el Congreso tras ser acusado de comportamientos machistas y acoso sexual.

Las denuncias, inicialmente anónimas, fueron publicadas en redes sociales y posteriormente confirmadas por varias mujeres que relataron sus experiencias de abuso psicológico y acoso sexual.

Este caso ha generado un intenso debate dentro de la izquierda española sobre la necesidad de abordar de manera más efectiva la violencia de género dentro de sus filas.

En su comunicado en donde anuncia su dimisión, expresa: «Yo, tras un ciclo político intenso y acelerado, he llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano. La lucha ideológica es también una lucha por construir formas de vida y relaciones mejores, más cuidadosas, más solidarias y, por tanto, más libres. No se le puede pedir a la gente que vote distinto de cómo se comporta en su vida cotidiana. Llevo tiempo trabajando en un proceso personal y de acompañamiento psicológico, pero lo cierto es que para avanzar en él y para cuidarme, necesito abandonar la política institucional, sus exigencias y sus ritmos» (leer ‘Carta de dimisión de Íñigo Errejón‘).

Por otro lado, en Colombia, Diego Cancino, exviceministro del Interior y recién designado presidente de la Sociedad de Activos Especiales -SAE-, enfrenta acusaciones de acoso sexual por parte de Viviana Vargas Ávila, funcionaria del Ministerio del Interior. Vargas Ávila denunció que Cancino intentó besarla y tocarla sin su consentimiento durante una reunión privada.

Voces al interior del Pacto Histórico, en las cuales me incluyo, hemos rechazado categóricamente estos hechos y rodeado a Vivi, como cariñosamente le digo desde que nos conocimos, y exigimos a la Fiscalía General de la Nación el esclarecimiento de los mismos.

Ambos casos han puesto en evidencia las contradicciones dentro de los movimientos progresistas en el mundo, que se han visto obligados a confrontar sus propios fallos en la protección de las mujeres dentro de sus organizaciones.

Los movimientos progresistas deben ser capaces de realizar una autocrítica honesta y transparente. Reconocer los errores y tomar medidas correctivas es esencial para mantener la credibilidad y el compromiso con la igualdad de género. Además, es imperativo que se brinde apoyo integral a las víctimas de VBG, asegurando que sus voces sean escuchadas y que se les proporcione el acompañamiento necesario durante todo el proceso.

Las feministas hemos señalado la necesidad de un enfoque interseccional que considere cómo diferentes formas de opresión, incluyendo el sexismo, el racismo y el clasismo, se entrelazan y exacerban la vulnerabilidad de las mujeres y las diversidades en el ámbito político.

Desde el progresismo enfatizamos en la importancia de la solidaridad y el apoyo mutuo para crear un ambiente seguro para todos los miembros de la sociedad. Igualmente, abogamos en nuestros partidos y movimientos políticos por el establecimiento y aplicación de políticas internas claras y contundentes contra la VBG como medida necesaria para garantizar que los principios feministas se respeten en todos los niveles de la organización.

La lucha contra las violencias de género no puede ser solo un discurso; debe traducirse en acciones concretas y en un compromiso real por parte de todos los sectores políticos. Solo así se podrá avanzar hacia una sociedad verdaderamente igualitaria y libre de violencia.

* Abogada, magíster en Derecho Administrativo; directora regional para Bolívar del Departamento Administrativo de Prosperidad Social, y designada del presidente de la República ante el Consejo Superior de la Universidad de Cartagena.

Publicado originalmente en Revista Metro de Colombia: https://revistametro.co/2024/10/progresismo-en-la-mira-la-coherencia-en-la-lucha-contra-las-violencias-basadas-en-genero/

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